Continuación de la memoria de D. Ignacio Hermosilla sobre las ruinas de Talavera la Vieja

José Andrés Cornide de Folgueira y Saavedra

José Andrés Cornide de Folgueira y Saavedra. Continuación de la memoria de D. Ignacio Hermosilla sobre las ruinas de Talavera la Vieja por Don José Cornide. Memorias de la Real Academia de la Historia, Tomo I, 1796, Madrid. Imprenta de Sancha

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Noticia de las ruinas de Talavera la Vieja, leida en la Academia de 2 de julio de 1762

Páginas 347-348

La puerta y esquinas de una ermita arruinada, que llaman de los mártires, á la entrada del pueblo, está hecha de estos sillares unidos muy rústicamente al resto del edificio,

Delante de esta ermita hay un trozo de columna de un pie de diámetro y seis de alto, de mármol blanquísimo y de grano tan fino como el de Carrara, con una cruz de hierro.

A cincuenta pasos de la cruz yendo al pueblo han hecho las lluvias un barranco, y para pasar sobre él se ha empedrado con sillares de los arriba expresados un espacio comode ocho varas en quadro: y á fin de que las aguas no los arrastren y para sostener el terreno, se ha llenado parte del mismo barranco con otras muchas y gruesas piedras de varios cortes y figuras, entre los quales hallé el tronco de un verraco de piedra berroqueña, que medido por el lado, como se vé en la estampa Iª let. A, y por la espalda let. B. tiene de largo diez pies: el de un ternero de la misma piedra, de siete pies de largo, figurando en la misma estampa, visto por un lado let. C, y por el lomo let. D: y últimamente el de una ternera de la misma piedra, de poco mas de quatro pies de largo, cuyo lado se vé en la misma estampa let. E.

En la casa de un labrador en una pared de su corral está colocada y bien conservada una cabeza de cerdo, también de piedra berroqueña de admirable escultura, como lo son los troncos del verraco y terneros de que acabo de hablar: y en la dehesa boyal, á poca distancia de la villa aloriente de ella, hallé dos cabezas de ternera de la propia peidra. Servian de mojones para dividir del egido la misma dehesa: están muy destruidas, pero se percibe que no se hicieron para los troncos que estaban en el barranco, ni para otros, porque están hechas de suerte que las bocas miran al cielo, y de los cortes del resto de la piedra se infiere con evidencia que se unian quatro en un solo cuello, formando un grupo, á semejanza de los Janos quadrifrontes que ahbia en Roma y en otras partes.

Conseguío con los alcaldes que puestas otras dos grandes piedras donde estaban las dos cabezas, se llevasen estas á las casas del ayuntamiento donde las dexé; y para el mismo fin, aunque con gran trabajo, hice sacar del barranco los troncos del verraco y terneros, bien que por la gran mole y enorme peso de estas piezas no pudieron conducirse.   

Páginas 363-408

Continuación de la Memoria de Don Ignacio Hermosilla, sobre las ruinas de Talavera la Vieja, por Don Josef Cornide.

Las ruinas de Talavera la vieja, de que nos dá noticia en la antecedente memoria el señor Hermosilla, excitan á primera vista el deseo de saber, qué pueblo podía ser el que contenía tantos edificios suntuosos de que ya solo son triste vestigio los restos que subsisten.

En los fines occidentales de Castilla la nueva, se conservan hácia la Extremadura dos villas, llamadas la una Talavera de la reyna, por haberse concedido en arras á la muger  del señor don Enrique II, y nombrada en toda España por la excelencia de su clima, por su agradable situación, y por sus muchas fábricas, y la otra Talavera la vieja, casi desconocida por su corto vecindiario, por hallarse apartada del comercio, y por la poca cultura de sus vecinos campos, de que solo se conserva noticia entre los pastores que recorren aquellas dehesas, y entre los ganaderos que suelen visitar sus rebaños; á no ser que el deseo de observar sus antigüedades haya excitado una ó otra vez la curiosidad de algún literato como el señor Hermosilla, á quien la noticia de sus ruinas llevó hacia aquellas partes en 1762, y á quien la abundante mies que halló entre ellas hizo repetir el viage en 1774.

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…en el año 911, don García, hijo del rey don Alonso el magno, entró por las tierras de moros, y habiendo sitiado á Talavera, le salió al encuentro un príncipe llamado Ayola con un cuerpo de tropas con que le acometió, pero que desbaratadas estas por don García cayó prisionero en su poder, del cual supo librarse, aprovechando el descluido de los que le guardaban y conducían, en un lugar llamado Trémulo.

Nuestro Morales cree que este lugar llamado Trémulo, puede ser el que hoy conserva el nombre de Tiemblo, situado en la falda de la sierra de Guisando y no lejos del monasterio de este nombre, y en ello no hallo repugnancia, pues para volverse don García á su reyno desde Talavera la vieja, ó había de hacerlo por el puerto del Pico, ó por la falda de la sierra de aquel nombre, siguiendo la cañada del Tajo, y luego la de Alberche para pasar por el puerto del Berraco, ó de Cebreros, á la ciudad de Ávila, en cuyo camino cae el Tiemblo. Esto es lo que parece mas verisímil, ya por ser en esta parte menos áspera la sierra, ya por ser camino freqüentado de muy antiguo, como lo indican varios monumentos que se hallan en él (1), ya también por ser dependiente de un príncipe amigo, como era el que mandaba en Toledo, por cuyo reyno debía pasar volviendo de Talavera la vieja, que caia en sus confines.

En esto me fundo para creeer que esta plaza, y no la de la reyna, fue contra la que se dirigió don Garcia, pues hallándose en paz con el rey de Toledo, no era verisímil quisiese emprehender la conquista de un pueblo, que como este último establa comprehendido en sus estado.

  1. Los repetidos bultos de toros y berracos que aun se conservan hacia Talavera de las reyna, Guisando y Cebreros.

Aunque lo que se conservaba parece suficiente de dicho señor Hermosilla se conservaba parece suficiente para hacernos conocer su grandeza y magnificencia, no obstante añadiré las noticias que se conservan de otras antigüedades, ya en la declaración de los vecinos, ya en las memorias de varios curiosos que reconocieron este terreno. Aquellos en la respuesta 29 dixeron, que en esta villa no hay castillo ni casa fuerte ninguno, sino solo los edificios romanos que están en pie, y que en su jurisdicion está el ya dicho de Alija, que parece ser edificio morisco, é que ansi mismo hay en esta jurisdicción, en la ribera de Tajo, á la parte de poniente, otras dos torres é casas fuertes que llaman el Casar blanco, é torre de Alonso, los queales edificios están arruinados y parecen ser obra de romanos, é que todos los quales dichos edificios é torres son de mampostería, é argamasa de piedra y cal.

En las varias noticias que nos da el citado Forner de esta villa contexta con el señor Hermosilla, sobre su situación y antigüedades, de las que dice dan claro indicio de lo que fue entiempo de los romanos, y á las que añade haber descubierto un aqüeducto de fuerte argamason y de la altura de un hombre, de desde el rio Guadalija cree conducía las aguas á la población.

Don Antonio Ponz que en 1777 estuvo en este pueblo, que tuvo presente la memoria del señor Hermosilla y que trató según da á entender don Francisco Forner, habla de este aqüeducto, ….

El P. Terreros en su Paleografía española trae otra inscripción igualmente sepulcral que llevó á Toledo desde Talavera la vieja el maestro Alvar Gomez de Castro, …

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….Pero lo que me dificultan las inscripciones, me lo proporciona la diligencia del serñor Hermosilla. Entre los monumentos descubiertos por este curioso académico, es uno la cabeza de cerdo (de que ya se habló y han visto Forner y Ponz) que dicen se halla colocada en la pared de un corral de un labrador, y que es de piedra berroqueña y de admirable escultura.

Del jabalí sabemos que estaba dedicado á Hercules, y á Diana, pero del cerdo nos asegura Ovidio en sus Fastos I. 349, que lo estaba á Ceres, á quien le sacrificaban, como animal destructor de las mieses, á que presidia esta Diosa.

Prima Ceres avidæ gavisa est sanguine porcæ,

Vlta suas meritâ cæde nocentis opes (1)

Por otra parte los contornos de Talavera la vieja eran los mas propios para recordar á sus cultivadores la obligación en que se hallaban de dar culto á la diosa á quien estaban consagrados los frutos de las campiñas, las mas feraces y mas aptas para

  1. De esta costumbre tenemos un exemplar muy terminante en España, y es una dedicación hecha á esta diosa por Tito Batilo, hacendado y dueño de muchos montes y campos fructíferos, en las inmediaciones de Málaga, para cumplir con el encargo que por su testamento le había dexado prevenido su padra Batilo, de que en el mes de Junio de cada año le sacrificase una puerca, de cuya disposicion dexaba por executor al magistrado de Munda.

Esta inscripcion que cita el padre Milla en su historia manuscrita de Málaga, y que ha publicado el ingés Francisco Carter en el viage que hizo en 1772 desde Gibraltar á aquella ciudad, dice así:

producir mieses abundante. 

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Cosme Gomez dice, que en un cerco de una torre se hallaba en su tiempo la figura de un toro, y otro fuera, y que él recogió un tronco de estatua togada de mármol, que halló en una casa cerca de nuestra señora del Prado, y que se la llevó á la suya.

El padre Alonso de Ajofrin, del órden de san Gerónimo, que como llevo dicho, recogió y coordinó los manuscritos de Cosme Gomez dice:

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  • Que en el año 1622 abriendo las zanjas para los cimientos de la iglesia de dicho monasterio, se había desenterrado una cabeza de becerro de bronce, vaciada y continuada hasta el cuello y los hombros, con un movimiento de gran maestría y primor, y que aunque la guardó un monge antiguo curioso, á los dos años la echó en la fundición de una campana.
  • Que en el año de 1649 estando él en la granja de la Alcoba, se había descubierto en la dehesa de Torrejon un verraco de piedra, como á una carrera de caballo distante de la fuente, y que le colocó en término de dicha granja, al pie de una cruz en el camino real de Extremadura. 
  • Que un labrador le señaló, como á un corto tiro de arcabuz de donde estabe el verraco, un sitio donde le dixo estaba enterrado un gran toro, y que no desesperaba de sacarle y ponerle en lugar señalado, 
  • y que los criados del monasterio le dieron noticias de varias antiguallas que había en aquel sitio, las que vió y reconoció por sí mismo.
  • Que en una de las jambas de las antiguas puertas del muro principal, que mira á la parroquia de san Pedro, se conservaban en su tiempo estas dos letras G N grandes y bien formadas con señales de haber habido mas letras, y que esta era la piedra de que hacia mencion el padre Juan de Mariana diciendo que la había visto en un antiguo manuscrito puesta así.

 

GN. PONPEYO MAGNI POM. F. (1)

  1. Este manuscrito seria sin duda la copia de las averiguaciones hechas en tiempo del señor don Felipe II, ó el que se tuvo presente para ellas, pues la inscripción parece la misma
  • añadiendo que lo demás de dicho manuscrito no se podía leer en su tiempo, y que creía que esta inscripción fue puesta con motivo de la batalla de Munda.
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