Cronica General de España, o sea Historia Ilustrada y Descriptiva de sus provincias, sus poblaciones más importantes de la península y de ultramar. Su geografía y topografía; su historia natural, su agricultura, comercio, industria, artes y manufacturas, su historia antigua y moderna, civil, militr y religiosa, su legislación, lengua, literatura y bellas artes, su estadística general, sus hombres célebres y genealogía de las familias más notables, su estado actual, edificios, oficinas, establecimientos y comercios públicos, vistas de sus monumentos, cartas de sus territorios, y retratos de los personajes que han ilustrado su memoria. Obra redactada por conocidos escritores de Madrid, de provincia y de América. Cronica de la Provincia de Avila

Fernando Fulgosio y Carasa

Fernando Fulgosio y Carasa (1831-1873). Cronica General de España, o sea Historia Ilustrada y Descriptiva de sus provincias, sus poblaciones más importantes de la península y de ultramar. Su geografía y topografía; su historia natural, su agricultura, comercio, industria, artes y manufacturas, su historia antigua y moderna, civil, militr y religiosa, su legislación, lengua, literatura y bellas artes, su estadística general, sus hombres célebres y genealogía de las familias más notables, su estado actual, edificios, oficinas, establecimientos y comercios públicos, vistas de sus monumentos, cartas de sus territorios, y retratos de los personajes que han ilustrado su memoria. Obra redactada por conocidos escritores de Madrid, de provincia y de América. Cronica de la Provincia de Avila, Madrid, Editores Rubio, Grilo y Vitturi, 1870

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Parte Primera

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Capítulo VII

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Las montañas del puerto del Herradón nacen en el término de Navalperal, yendo por Occidente á Navalmoral. Hácia el S. está el célebre monasterio de Guisando, á propósito del cual y de sus célebres toros no podemos detenernos, como desaríamos, por no hallarse en nuestra provincia y sí en la de Madrid. Desde el referido monastrio parten altísimas sierras llamadas Cabeza de la Parra y Cuatro Manos.

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Parte Segunda

Capítulo Primero. …Toros como los de Guisando…

Como quiera, dejando á un lado la ridícula suposición de la venida de los caldeos, con Nabucodosor á la cabeza, posterior á la tambien supuesta venida del Hércules egipcio, de que hablan el Padre Murillo, Colmenares, Mendez de Silva, Mares y otros, lo mas probable es, que los llamados toros de Avila, que había, semejantes á los de Guisando, tengan origen semítico. Diráse que semejante influjo vino con los cartagineses; mas téngase presente que los fenicios mantuvieron muchos siglos comercio con apartadísimas regiones.

Aquí debemos indicar, por lo extremadamente curiosa é interesante, la opinión del sábio profesor Nilsson acerca del influjo de los pueblos semitas en las mas apartadas regiones boreales de Europa. De ser cierto semejante influjo, segun en parte está aprobado, apenas se comprende cómo no pudo llegr tambien á lo interior de nuestra Península, mas ó menos poderoso.

Capítulo II. Lo que conserva Avila de los tiempos primitivos. Vettones

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Puesta Avila en la región de los Vettones, no es posible confundirla con la Abula de los bastetanos y que segun parece, corresponde à la villa de Bullas, Cierto que Idacio en su Cronicón (ann.386), Xerij el Idris, en su Geografía (fol.215), Florian de Ocampo y Masdeu llaman á la ciudad vetona Abula, lo cual ha dado lugar á que la confundiesen con la Bastitana. Avila es, segun lo mas probable, el nombre de nuestra ciudad, debido á los fundadores. En las Tablas de Tolomeo se lee Obila, pero latinizar su nombre en Abula es error que acaso proviene de la semejanza de las dos letras griegas y u.

Dejaron los romanos á nuestra ciudad en Lusitania, partiendo términos con la tarraconense, haciéndola colonia, y perteneció al convento jurídico de Emerita.